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Marcos 9:26-38 Nueva Traducción Viviente (NTV)

26. Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente.

27. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie.

28. Más tarde, cuando Jesús quedó a solas en la casa con sus discípulos, ellos le preguntaron:—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu maligno?

29. Jesús contestó:—Esa clase solo puede ser expulsada con oración.

30. Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí,

31. porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo: «El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán, pero tres días después se levantará de los muertos».

32. Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.

33. Después de llegar a Capernaúm e instalarse en una casa, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué venían conversando en el camino?».

34. Pero no le contestaron porque venían discutiendo sobre quién de ellos era el más importante.

35. Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo: «Quien quiera ser el primero, debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».

36. Entonces puso a un niño pequeño en medio de ellos. Y, tomándolo en sus brazos, les dijo:

37. «Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este me recibe a mí, y todo el que me recibe, no solo me recibe a mí, sino también a mi Padre, quien me envió».

38. Juan le dijo a Jesús:—Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera, porque no pertenece a nuestro grupo.

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