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Marcos 9:16-32 Nueva Traducción Viviente (NTV)

16. —¿Sobre qué discuten? —preguntó Jesús.

17. Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo:—Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar.

18. Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo.

19. Jesús les dijo: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho».

20. Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le causó una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca.

21. —¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto? —preguntó Jesús al padre del muchacho.—Desde que era muy pequeño —contestó él—.

22. A menudo el espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.

23. —¿Cómo que “si puedo”? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree.

24. Al instante el padre clamó:—¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!

25. Cuando Jesús vio que aumentaba el número de espectadores, reprendió al espíritu maligno. «Escucha, espíritu que impides que este muchacho oiga y hable —dijo—. ¡Te ordeno que salgas de este muchacho y nunca más entres en él!».

26. Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente.

27. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie.

28. Más tarde, cuando Jesús quedó a solas en la casa con sus discípulos, ellos le preguntaron:—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu maligno?

29. Jesús contestó:—Esa clase solo puede ser expulsada con oración.

30. Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí,

31. porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo: «El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán, pero tres días después se levantará de los muertos».

32. Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.

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