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Lucas 9:35-51 Nueva Traducción Viviente (NTV)

35. Entonces, desde la nube, una voz dijo: «Este es mi Hijo, mi Elegido. Escúchenlo a él».

36. Cuando la voz terminó de hablar, Jesús estaba allí solo. En aquel tiempo, no le contaron a nadie lo que habían visto.

37. Al día siguiente, después que bajaron del monte, una gran multitud salió al encuentro de Jesús.

38. Un hombre de la multitud le exclamó:—Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

39. Un espíritu maligno sigue apoderándose de él, haciéndolo gritar. Le causa tales convulsiones que echa espuma por la boca; lo sacude violentamente y casi nunca lo deja en paz.

40. Les supliqué a tus discípulos que expulsaran ese espíritu, pero no pudieron hacerlo.

41. —Gente corrupta y sin fe —dijo Jesús—, ¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?Entonces le dijo al hombre:—Tráeme a tu hijo aquí.

42. Cuando el joven se acercó, el demonio lo arrojó al piso y le causó una violenta convulsión; pero Jesús reprendió al espíritu maligno y sanó al muchacho. Después lo devolvió a su padre.

43. El asombro se apoderó de la gente al ver esa majestuosa demostración del poder de Dios.Mientras todos se maravillaban de las cosas que él hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

44. «Escúchenme y recuerden lo que digo. El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos».

45. Sin embargo, ellos no entendieron lo que quiso decir. El significado de lo que decía estaba oculto de ellos, por eso no pudieron entender y tenían miedo de preguntarle.

46. Entonces los discípulos comenzaron a discutir entre ellos acerca de quién era el más importante.

47. Pero Jesús conocía lo que ellos pensaban, así que trajo a un niño y lo puso a su lado.

48. Luego les dijo: «Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este, me recibe a mí; y todo el que me recibe a mí, también recibe al Padre, quien me envió. El más insignificante entre ustedes es el más importante».

49. Juan le dijo a Jesús:—Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera porque no pertenece a nuestro grupo.

50. Jesús le dijo:—¡No lo detengan! Todo el que no está en contra de ustedes está a su favor.

51. Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.

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