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Juan 8:5-13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

5. La ley de Moisés manda apedrearla, ¿tú qué dices?».

6. Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo.

7. Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!».

8. Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo.

9. Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron sólo Jesús y la mujer en medio de la multitud.

10. Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer:—¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó?

11. —Ni uno, Señor —dijo ella.—Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más.

12. Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».

13. Los fariseos respondieron:—¡Tú haces esas declaraciones acerca de ti mismo! Un testimonio así no es válido.

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