12. Después de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, se sentó y preguntó:—¿Entienden lo que acabo de hacer?
13. Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es lo que soy.
14. Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros.
15. Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.
16. Les digo la verdad, los esclavos no son superiores a su amo ni el mensajero es más importante que quien envía el mensaje.
17. Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas.
18. »No les digo estas cosas a todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es para que se cumpla la Escritura que dice: “El que come de mi comida se ha puesto en mi contra”.
19. Les aviso de antemano, a fin de que, cuando suceda, crean que Yo Soy el Mesías.
20. Les digo la verdad, todo el que recibe a mi mensajero me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.
21. Entonces Jesús, muy angustiado, exclamó: «Les digo la verdad, ¡uno de ustedes va a traicionarme!».
22. Los discípulos se miraron unos a otros sin saber a cuál se refería Jesús.
23. El discípulo a quien Jesús amaba estaba sentado a la mesa a su lado.
24. Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.
25. Entonces, ese discípulo se inclinó hacia Jesús y le preguntó:—Señor, ¿quién es?
26. Jesús le contestó:—Es aquel a quien le doy el pan que mojo en el plato.Y, después de mojar el pan, se lo dio a Judas, el hijo de Simón Iscariote.