Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Juan 11:40-56 Nueva Traducción Viviente (NTV)

40. Jesús respondió:—¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?

41. Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído.

42. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste».

43. Entonces Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!».

44. Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!».

45. Al ver lo que sucedió, muchos de los que estaban con María creyeron en Jesús;

46. pero otros fueron a ver a los fariseos para contarles lo que Jesús había hecho.

47. Entonces, los principales sacerdotes y los fariseos convocaron al Concilio Supremo. «¿Qué vamos a hacer? —se preguntaron unos a otros—. Sin duda, ese hombre realiza muchas señales milagrosas.

48. Si lo dejamos seguir así, dentro de poco todos van a creer en él. Entonces, el ejército romano vendrá y destruirá tanto nuestro templo como nuestra nación».

49. Caifás, quien era el sumo sacerdote en aquel tiempo, dijo: «¡No saben de qué están hablando!

50. No se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que la nación entera sea destruida».

51. No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación.

52. Y no solo por esa nación, sino que también moriría para congregar y unir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.

53. Así que, a partir de ese momento, los líderes judíos comenzaron a conspirar para matar a Jesús.

54. Como resultado, Jesús detuvo su ministerio público entre el pueblo y salió de Jerusalén. Fue a un lugar cercano al desierto, a la aldea de Efraín, y se quedó allí con sus discípulos.

55. Ya faltaba poco para la celebración de la Pascua judía, y mucha gente de todo el país llegó a Jerusalén varios días antes para participar en la ceremonia de purificación previa al comienzo de la Pascua.

56. Seguían buscando a Jesús, pero mientras estaban en el templo, se decían unos a otros: «¿Qué les parece? No vendrá para la Pascua, ¿verdad?».

Leer capítulo completo Juan 11