28. Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”.
29. Y, como esto es cierto, no debemos pensar en Dios como un ídolo diseñado por artesanos y hecho de oro, plata o piedra.
30. »En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.