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Hebreos 7:9-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)

9. Además podríamos decir que esos levitas —los que reciben el diezmo— pagaron un diezmo a Melquisedec cuando lo pagó su antepasado Abraham.

10. A pesar de que Leví aún no había nacido, la simiente de la cual provino ya existía en el cuerpo de Abraham cuando Melquisedec recibió su diezmo.

11. Entonces, si el sacerdocio de Leví —sobre el cual se basó la ley— hubiera podido lograr la perfección que Dios propuso, ¿por qué fue necesario que Dios estableciera un sacerdocio diferente, con un sacerdote según el orden de Melquisedec en lugar del orden de Leví y Aarón?

12. Y si se cambia el sacerdocio, también es necesario cambiar la ley para permitirlo.

13. Pues el sacerdote a quien nos referimos pertenece a una tribu diferente, cuyos miembros jamás han servido en el altar como sacerdotes.

14. Lo que quiero decir es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, y Moisés nunca habló de que los sacerdotes provinieran de esa tribu.

15. Ese cambio resulta aún más evidente, ya que ha surgido un sacerdote diferente, quien es como Melquisedec.

16. Jesús llegó a ser sacerdote, no por cumplir con la ley del requisito físico de pertenecer a la tribu de Leví, sino por el poder de una vida que no puede ser destruida.

17. Y el salmista lo señaló cuando profetizó:«Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».

18. Así que el antiguo requisito del sacerdocio quedó anulado por ser débil e inútil.

19. Pues la ley nunca perfeccionó nada, pero ahora confiamos en una mejor esperanza por la cual nos acercamos a Dios.

20. Este nuevo sistema se estableció mediante un juramento solemne. Los descendientes de Aarón llegaron a ser sacerdotes sin un juramento,

21. pero había un juramento con relación a Jesús. Pues Dios le dijo:«El Señor ha jurado y no romperá su juramento:“Tú eres sacerdote para siempre”».

22. Debido a ese juramento, Jesús es quien garantiza este mejor pacto con Dios.

23. Hubo muchos sacerdotes bajo el sistema antiguo, porque la muerte les impedía continuar con sus funciones;

24. pero dado que Jesús vive para siempre, su sacerdocio dura para siempre.

25. Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.

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