Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hebreos 10:21-33 Nueva Traducción Viviente (NTV)

21. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios,

22. entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.

23. Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.

24. Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones.

25. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.

26. Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados.

27. Solo queda la terrible expectativa del juicio de Dios y el fuego violento que consumirá a sus enemigos.

28. Pues todo el que rehusaba obedecer la ley de Moisés era ejecutado sin compasión por el testimonio de dos o tres testigos.

29. Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos— como si fuera algo vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae la misericordia de Dios.

30. Pues conocemos al que dijo:«Yo tomaré venganza.Yo les pagaré lo que se merecen».También dijo:«El Señor juzgará a su propio pueblo».

31. ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!

32. Acuérdense de los primeros tiempos, cuando recién aprendían acerca de Cristo. Recuerden cómo permanecieron fieles aunque tuvieron que soportar terrible sufrimiento.

33. Algunas veces los ponían en ridículo públicamente y los golpeaban, otras veces ustedes ayudaban a los que pasaban por lo mismo.

Leer capítulo completo Hebreos 10