5. Todos los que salgan vencedores serán vestidos de blanco. Nunca borraré sus nombres del libro de la vida, sino que anunciaré delante de mi Padre y de sus ángeles que ellos me pertenecen.
6. »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.
7. »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Filadelfia.Este es el mensaje de aquel que es santo y verdadero,el que tiene la llave de David.Lo que él abre, nadie puede cerrar;y lo que él cierra, nadie puede abrir:
8. »Yo sé todo lo que haces y te he abierto una puerta que nadie puede cerrar. Tienes poca fuerza; sin embargo, has obedecido mi palabra y no negaste mi nombre.
9. Mira, a esos que pertenecen a la sinagoga de Satanás —esos mentirosos que dicen ser judíos y no lo son— los obligaré a que vengan y se postren a tus pies. Ellos reconocerán que es a ti a quien amo.
10. »Dado que has obedecido mi mandato de perseverar, yo te protegeré del gran tiempo de prueba que vendrá sobre el mundo entero para probar a los que pertenecen a este mundo.
11. Yo vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.
12. A todos los que salgan vencedores, los haré columnas en el templo de mi Dios, y nunca tendrán que salir de allí. Yo escribiré sobre ellos el nombre de mi Dios, y ellos serán ciudadanos de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que desciende del cielo y de mi Dios. Y también escribiré en ellos mi nuevo nombre.
13. »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias.
14. »Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Laodicea. Este es el mensaje de aquel que es el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la nueva creación de Dios:
15. »Yo sé todo lo que haces, que no eres ni frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras lo uno o lo otro!;
16. pero ya que eres tibio, ni frío ni caliente, ¡te escupiré de mi boca!
17. Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo.
18. Así que te aconsejo que de mí compres oro —un oro purificado por fuego— y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver.
19. Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.
20. »¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.
21. Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.
22. »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias».