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Números 22:5-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

5. envió mensajeros para llamar a Balaam, hijo de Beor, que vivía en Petor, su tierra natal, cerca del río Éufrates. Su mensaje decía:«Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto y me amenaza.

6. Ven, por favor, maldíceme a este pueblo, porque es demasiado poderoso para mí. De esa manera quizás yo pueda conquistarlos y expulsarlos de la tierra. Yo sé que sobre el pueblo que tú bendices, caen bendiciones y al pueblo que tú maldices, caen maldiciones».

7. Entonces los mensajeros de Balac y los ancianos de Moab y de Madián, partieron con el dinero para pagarle a Balaam a fin de que maldijera a Israel. Llegaron donde estaba Balaam y le transmitieron el mensaje de Balac.

8. «Quédense aquí esta noche —dijo Balaam—, y en la mañana les diré lo que me indique el Señor». Así que los funcionarios de Moab se quedaron con Balaam.

9. Esa noche Dios vino a Balaam y le preguntó:—¿Quiénes son estos hombres que te visitan?

10. Balaam le dijo a Dios:—Balac, hijo de Zipor, rey de Moab, me envió este mensaje:

11. “Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto. Ven y maldíceme a este pueblo. De esa manera quizás podré hacerles frente y expulsarlos de esta tierra”.

12. Pero Dios le dijo a Balaam:—No vayas con ellos ni maldigas a este pueblo, ¡porque es bendito!

13. A la mañana siguiente, Balaam se levantó y les dijo a los funcionarios de Balac: «¡Regresen a casa! El Señor no me dejará ir con ustedes».

14. Entonces los oficiales moabitas regresaron al rey Balac y le informaron: «Balaam se negó a venir con nosotros».

15. Así que Balac intentó de nuevo. Esta vez envió a un mayor número de funcionarios, aún más distinguidos que los que envió la primera vez.

16. Llegaron donde estaba Balaam y le transmitieron el siguiente mensaje:«Esto dice Balac, hijo de Zipor: “Por favor, no permitas que nada te impida venir a ayudarme.

17. Te pagaré muy bien y haré todo lo que me pidas. ¡Solamente ven y maldíceme a este pueblo!”».

18. Entonces Balaam les respondió a los mensajeros de Balac: «Aunque Balac me diera su palacio repleto de plata y oro, yo no podría hacer absolutamente nada en contra de la voluntad del Señor mi Dios.

19. Pero quédense aquí una noche más y veré si el Señor tiene algo más que decirme».

20. Esa noche Dios vino a Balaam y le dijo: «Ya que estos hombres vinieron por ti, levántate y ve con ellos, pero solo haz lo que yo te indique».

21. A la mañana siguiente Balaam se levantó, ensilló su burra y salió con los funcionarios moabitas;

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