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Números 18:17-27 Nueva Traducción Viviente (NTV)

17. »Sin embargo, no podrán redimir a las primeras crías del ganado, de las ovejas o de las cabras. Estas están consagradas y han sido apartadas para el Señor: rocía su sangre en el altar y quema su grasa como ofrenda especial de aroma agradable al Señor.

18. La carne de estos animales será tuya, así como el pecho y el muslo derecho que se presentan al levantarlos como una ofrenda especial ante el altar.

19. Así es, te doy todas estas ofrendas sagradas que el pueblo de Israel lleva al Señor. Son para ti y tus hijos e hijas, para que las coman como su porción perpetua. Este es un pacto eterno e inquebrantable entre tú y el Señor y también se aplica a tus descendientes».

20. El Señor le dijo a Aarón: «Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.

21. En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.

22. »De ahora en adelante, ningún israelita, con excepción de los sacerdotes o los levitas, podrá acercarse al tabernáculo. Si alguien se acerca, será declarado culpable y morirá.

23. Únicamente los levitas podrán servir en el tabernáculo y serán los responsables de toda ofensa cometida contra el tabernáculo. Esta es una ley perpetua para ustedes, y tendrá que cumplirse de generación en generación. Los levitas no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas,

24. porque yo les he dado los diezmos del pueblo de Israel, que han sido entregados como ofrendas sagradas al Señor. Esta será la porción de los levitas. Por eso les he dicho que no recibirán ninguna asignación de tierra entre los israelitas».

25. El Señor también le dijo a Moisés:

26. «Da las siguientes instrucciones a los levitas: cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he asignado como su porción, entreguen una décima parte de ellos —un diezmo de los diezmos— al Señor como ofrenda sagrada.

27. El Señor contará esta ofrenda de ustedes como una ofrenda de cosecha, como si fuera el primer grano de su propio campo de trillar o el vino de su propio lagar.

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