Pero su padre y su madre se opusieron.—¿Acaso no hay una sola mujer de nuestra tribu o entre todas las israelitas con la que puedas casarte? —preguntaron—. ¿Por qué tienes que ir a los filisteos paganos a buscar una esposa?Sin embargo, Sansón le dijo a su padre:—¡Consíguemela! A mí me gusta ella.