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Jeremías 37:2-13 Nueva Traducción Viviente (NTV)

2. Sin embargo, ni Sedequías ni sus ayudantes ni la gente que quedó en la tierra de Judá hicieron caso a lo que el Señor decía a través de Jeremías.

3. No obstante, el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías, a pedirle a Jeremías: «Por favor, ora por nosotros al Señor, nuestro Dios».

4. Todavía no habían encarcelado a Jeremías, por lo tanto, se movía con total libertad entre la gente.

5. En ese tiempo, el ejército del faraón Hofra de Egipto apareció en la frontera sur de Judá. Cuando el ejército babilónico se enteró de esto, levantó el sitio de Jerusalén.

6. Entonces el Señor le dio el siguiente mensaje a Jeremías:

7. «Esto dice el Señor, Dios de Israel: el rey de Judá te envió a consultarme acerca de lo que va a suceder. Dile a él: “El ejército del faraón está a punto de regresar a Egipto aunque vino aquí para ayudarte.

8. Luego los babilonios regresarán y conquistarán esta ciudad y la quemarán hasta reducirla a cenizas”.

9. »Esto dice el Señor: “No se engañen a sí mismos creyendo que los babilonios se marcharon para siempre. ¡No es así!

10. Y aunque pudieran destruir a todo el ejército babilónico y dejaran a solo un puñado de sobrevivientes heridos, ¡aun así estos saldrían tambaleando de sus carpas e incendiarían esta ciudad hasta reducirla a cenizas!”».

11. Cuando el ejército babilónico se fue de Jerusalén debido a que se acercaba el ejército del faraón,

12. Jeremías comenzó a salir de la ciudad camino al territorio de Benjamín para tomar posesión de su terreno allí, entre sus parientes.

13. Sin embargo, cuando atravesaba la puerta de Benjamín un guardia lo arrestó y le dijo:—¡Estás desertando para unirte a los babilonios!El guardia que lo arrestó era Irías, hijo de Selemías y nieto de Hananías.

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