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Jeremías 26:8-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)

8. pero cuando Jeremías terminó su mensaje, habiendo dicho todo lo que el Señor le ordenó que dijera, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo que estaba junto al templo lo atacaron en masa. «¡Mátenlo! —gritaban—.

9. ¿Qué derecho tienes de profetizar en el nombre del Señor que este templo será destruido como lo fue Silo? ¿Qué quieres decir cuando afirmas que Jerusalén será destruida y dejada sin habitantes?». Así que todo el pueblo lo amenazaba mientras él estaba frente al templo.

10. Cuando los funcionarios de Judá oyeron lo que pasaba, corrieron del palacio a sentarse a juzgar junto a la puerta Nueva del templo.

11. Los sacerdotes y los profetas presentaron sus acusaciones a los funcionarios y al pueblo. «¡Este hombre debe morir! —dijeron—. Ustedes han escuchado con sus propios oídos lo traidor que es, porque ha profetizado contra esta ciudad».

12. Entonces Jeremías habló en su propia defensa a los funcionarios y al pueblo. «El Señor me envió para profetizar contra este templo y contra esta ciudad —dijo—. El Señor me dio cada una de las palabras que he hablado;

13. pero si ustedes dejan de pecar y comienzan a obedecer al Señor su Dios, él cambiará de parecer acerca del desastre que anunció contra ustedes.

14. En cuanto a mí, estoy en sus manos, hagan conmigo lo que mejor les parezca.

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