30. Después, Jacob les dijo a Simeón y a Leví:—¡Ustedes me han arruinado! Me han hecho despreciable ante todos los pueblos de esta tierra: los cananeos y los ferezeos. Nosotros somos tan pocos que ellos se unirán y nos aplastarán. ¡Me destruirán, y toda mi familia será aniquilada!
31. —¿Pero cómo íbamos a permitir que él tratara a nuestra hermana como a una prostituta? —replicaron ellos, enojados.