Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 30:28-37 Nueva Traducción Viviente (NTV)

28. Dime cuánto te debo. Sea lo que fuere, yo te lo pagaré.

29. —Tú sabes con cuánto esfuerzo he trabajado para ti —respondió Jacob—, y cómo tus rebaños y tus manadas han aumentado a mi cuidado.

30. En verdad tenías muy poco antes de que yo llegara, pero tu riqueza aumentó enormemente. El Señor te ha bendecido mediante todo lo que he hecho. ¿Pero y yo, qué? ¿Cuándo podré comenzar a mantener a mi propia familia?

31. —¿Qué salario quieres que te pague? —volvió a preguntar Labán.—No me des nada. Haz una sola cosa, y yo seguiré ocupándome de tus rebaños y cuidando de ellos.

32. Déjame inspeccionar hoy tus rebaños y separar todas las ovejas y las cabras que estén manchadas o moteadas, junto con todas las ovejas negras. Dame esas a modo de salario.

33. En el futuro, cuando revises los animales que me hayas dado como salario, verás que he sido honesto contigo: si encuentras en mi rebaño alguna cabra que no esté manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, sabrás que te la he robado.

34. —De acuerdo —respondió Labán—, será tal como has dicho.

35. Ese mismo día, Labán salió y sacó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas o que tuvieran manchas blancas, y todas las ovejas negras. Puso los animales al cuidado de sus propios hijos,

36. quienes se los llevaron a una distancia de tres días de camino del lugar donde estaba Jacob. Mientras tanto, Jacob se quedó y cuidó del resto del rebaño de Labán.

37. Luego Jacob tomó algunas ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano oriental, y las peló quitándoles tiras de la corteza, de modo que quedaran con rayas blancas.

Leer capítulo completo Génesis 30