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Ezequiel 3:9-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)

9. ¡Endurecí tu frente tanto como la roca más dura! Por lo tanto, no les tengas miedo ni te asustes con sus miradas furiosas, por muy rebeldes que sean».

10. Luego agregó: «Hijo de hombre, que todas mis palabras penetren primero en lo profundo de tu corazón. Escúchalas atentamente para tu propio bien.

11. Después ve a tus compatriotas desterrados y diles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”. Hazlo, te escuchen o no».

12. Luego el Espíritu me levantó y oí detrás de mí un fuerte ruido que retumbaba. (¡Alabada sea la gloria del Señor en su lugar!).

13. Era el sonido de las alas de los seres vivientes al rozarse unas con otras y el retumbar de las ruedas debajo de ellos.

14. El Espíritu me levantó y me sacó de allí. Salí amargado y confundido, pero era fuerte el poder del Señor sobre mí.

15. Luego llegué a la colonia de judíos desterrados en Tel-abib, junto al río Quebar. Estaba atónito y me quedé sentado entre ellos durante siete días.

16. Después de siete días, el Señor me dio el siguiente mensaje:

17. «Hijo de hombre, te he puesto como centinela para Israel. Cada vez que recibas un mensaje mío, adviértele a la gente de inmediato.

18. Si les aviso a los perversos: “Ustedes están bajo pena de muerte”, pero tú no les das la advertencia, ellos morirán en sus pecados; y yo te haré responsable de su muerte.

19. Si tú les adviertes, pero ellos se niegan a arrepentirse y siguen pecando, morirán en sus pecados; pero tú te habrás salvado porque me obedeciste.

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