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Ezequiel 23:26-43 Nueva Traducción Viviente (NTV)

26. Te arrancarán tus hermosas ropas y joyas.

27. De ese modo pondré fin a la lascivia y a la prostitución que trajiste de Egipto. Nunca más tus ojos anhelarán aquellas cosas ni recordarás con nostalgia tus días en Egipto.

28. »Pues esto dice el Señor Soberano: ciertamente te entregaré a tus enemigos, a esos que detestas, a quienes rechazaste.

29. Te tratarán con odio, te robarán todo lo que tienes y te dejarán completamente desnuda. Tu vergonzosa prostitución quedará a la vista de todo el mundo.

30. Tú misma te provocaste todo esto al prostituirte con otras naciones y contaminarte con todos sus ídolos.

31. Por haber seguido los pasos de tu hermana, te obligaré a beber de la misma copa de terror que ella bebió.

32. »Sí, esto dice el Señor Soberano:»Beberás de la copa de terror de tu hermana,una copa grande y profunda,que está llena hasta el bordede burla y de desprecio.

33. Te llenarás de borrachera y angustia,pues tu copa rebosa de aflicción y desolación;es la misma copa que bebió tu hermana, Samaria.

34. Beberás toda esa copa de terrorhasta la última gota.Luego la romperás en pedazosy te golpearás el pecho en señal de angustia.¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!

35. »Y porque te olvidaste de mí y me diste la espalda, esto dice el Señor Soberano: tendrás que sufrir las consecuencias de toda tu lascivia y de tu prostitución».

36. El Señor me dijo: «Hijo de hombre, debes acusar a Aholá y Aholibá de todos sus pecados detestables.

37. Ellas han cometido adulterio y homicidio: adulterio al rendir culto a ídolos y homicidio al quemar en sacrificio a los hijos que me habían dado.

38. ¡Además, contaminaron mi templo y profanaron mi día de descanso!

39. ¡El mismo día que ofrecieron a sus hijos en sacrificio a ídolos, se atrevieron a venir a mi templo para adorar! Entraron y contaminaron mi casa.

40. »Ustedes, hermanas, enviaron mensajeros a tierras lejanas para conseguir hombres. Cuando ellos llegaron, ustedes se bañaron, se pintaron los párpados y se pusieron sus mejores joyas para recibirlos.

41. Se sentaron junto a ellos en un sofá con hermosos bordados y pusieron mi incienso y mi aceite especial sobre una mesa servida ante ustedes.

42. Desde su habitación llegaba el ruido de muchos hombres en plena juerga. Eran hombres lujuriosos y borrachos provenientes del desierto, que les pusieron brazaletes en las muñecas y hermosas coronas sobre la cabeza.

43. Entonces dije: “Si realmente quieren tener sexo con prostitutas viejas y estropeadas como estas, ¡que lo hagan!”.

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