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Ezequiel 14:10-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)

10. Tanto los falsos profetas como quienes los consultan serán castigados por sus pecados.

11. De este modo, los israelitas aprenderán a no alejarse de mí y por tanto a no contaminarse con el pecado. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!’”».

12. Luego recibí este mensaje del Señor:

13. «Hijo de hombre, supongamos que los habitantes de un país pecaran contra mí y yo alzara mi puño para aplastarlos al cortarles la provisión de alimento y al hacerles pasar un hambre que destruyera tanto a personas como a animales.

14. Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, su justicia los salvaría solo a ellos y no a ningún otro, dice el Señor Soberano.

15. »O supongamos que yo les enviara animales salvajes que invadieran el país, mataran a los habitantes y dejaran la tierra desolada y demasiado peligrosa para ser transitada.

16. Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Se salvarían solo ellos tres, pero la tierra quedaría desolada.

17. »O supongamos que yo provocara guerra contra el país y mandara ejércitos enemigos para destruir tanto a personas como a animales.

18. Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían.

19. »O supongamos que yo derramara mi furia y enviara una epidemia al país que matara tanto a personas como a animales.

20. Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían por causa de su justicia.

21. »Ahora esto dice el Señor Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén —guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades— y destruyan a todos sus habitantes y a los animales!

22. Sin embargo, habrá sobrevivientes, quienes vendrán aquí, desterrados como ustedes en Babilonia. Ustedes verán con sus propios ojos lo perversos que ellos son y entonces no se sentirán tan mal por lo que hice en Jerusalén.

23. Cuando se reúnan con ellos y vean cómo se comportan, entenderán que lo que hice a Israel no fue sin motivo. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

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