Todos los funcionarios de Egipto correrán a buscarme y caerán al suelo ante mí y me suplicarán: “Por favor, vete. ¡Apresúrate! Y llévate a todos tus seguidores”. ¡Sólo hasta entonces me iré!». Luego Moisés, ardiendo de enojo, salió de la presencia del faraón.