22. David respondió:—Está bien, ven con nosotros.De modo que Itai y todos sus hombres junto con sus familias lo acompañaron.
23. Entonces todo el pueblo lloraba a gritos cuando el rey y sus seguidores pasaban. Así que cruzaron el valle de Cedrón y fueron hacia el desierto.
24. Sadoc y todos los levitas también fueron con él cargando el arca del pacto de Dios. Pusieron el arca de Dios en el suelo, y Abiatar ofreció sacrificios hasta que todos dejaron la ciudad.
25. Luego el rey le dio instrucciones a Sadoc para que regresara el arca de Dios a la ciudad: «Si al Señor le parece bien —dijo David—, me traerá de regreso para volver a ver el arca y el tabernáculo;
26. pero si él ha terminado conmigo, entonces dejemos que haga lo que mejor le parezca».