Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Samuel 15:20-32 Nueva Traducción Viviente (NTV)

20. Llegaste hace poco, ¿debería forzarte a vagar con nosotros? Ni siquiera sé a dónde iremos. Regresa y llévate contigo a tus parientes, y que el Señor te muestre su amor inagotable y su fidelidad.

21. Pero Itai le respondió al rey:—Juro por el Señor y por el rey que iré dondequiera que mi señor el rey vaya, sin importar lo que pase, ya sea que signifique la vida o la muerte.

22. David respondió:—Está bien, ven con nosotros.De modo que Itai y todos sus hombres junto con sus familias lo acompañaron.

23. Entonces todo el pueblo lloraba a gritos cuando el rey y sus seguidores pasaban. Así que cruzaron el valle de Cedrón y fueron hacia el desierto.

24. Sadoc y todos los levitas también fueron con él cargando el arca del pacto de Dios. Pusieron el arca de Dios en el suelo, y Abiatar ofreció sacrificios hasta que todos dejaron la ciudad.

25. Luego el rey le dio instrucciones a Sadoc para que regresara el arca de Dios a la ciudad: «Si al Señor le parece bien —dijo David—, me traerá de regreso para volver a ver el arca y el tabernáculo;

26. pero si él ha terminado conmigo, entonces dejemos que haga lo que mejor le parezca».

27. El rey también le dijo al sacerdote Sadoc: «Mira, este es mi plan. Tú y Abiatar deben regresar a la ciudad sin llamar la atención junto con tu hijo Ahimaas y con Jonatán, el hijo de Abiatar.

28. Yo me detendré en los vados del río Jordán y allí esperaré tu informe».

29. De este modo Sadoc y Abiatar devolvieron el arca de Dios a la ciudad y allí se quedaron.

30. Entonces David subió el camino que lleva al monte de los Olivos, llorando mientras caminaba. Llevaba la cabeza cubierta y los pies descalzos en señal de duelo. Las personas que iban con él también se cubrieron la cabeza y lloraban mientras subían el monte.

31. Cuando alguien le dijo a David que su consejero Ahitofel ahora respaldaba a Absalón, David oró: «¡Oh Señor, haz que Ahitofel le dé consejos necios a Absalón!».

32. Al llegar David a la cima del monte de los Olivos, donde la gente adoraba a Dios, Husai el arquita lo estaba esperando. Husai había rasgado sus ropas y había echado polvo sobre su cabeza en señal de duelo.

Leer capítulo completo 2 Samuel 15