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2 Samuel 11:11-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

11. Urías le contestó:—El arca y el ejército de Israel y el de Judá están viviendo en carpas, y Joab y los hombres de mi señor están acampando a cielo abierto. ¿Cómo podría yo ir a casa para beber, comer y dormir con mi esposa? Juro que jamás haría semejante cosa.

12. —Está bien, quédate hoy aquí —le dijo David— y mañana puedes regresar al ejército.Así que Urías se quedó en Jerusalén ese día y el siguiente.

13. David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real.

14. Entonces, a la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la dio a Urías para que se la entregara.

15. La carta le daba las siguientes instrucciones a Joab: «Pon a Urías en las líneas del frente, donde la batalla sea más violenta. Luego retrocedan, para que lo maten».

16. Así que Joab asignó a Urías a un lugar cerca de la muralla de la ciudad donde sabía que peleaban los hombres más fuertes del enemigo.

17. Y cuando los soldados enemigos salieron de la ciudad para pelear, Urías el hitita murió junto con varios soldados israelitas.

18. Luego Joab envió a David un informe de la batalla.

19. Le dijo a su mensajero: «Informa al rey todas las novedades de la batalla.

20. Pero tal vez se enoje y pregunte: “¿Por qué las tropas se acercaron tanto a la ciudad? ¿Acaso no sabían que dispararían desde la muralla?

21. ¿No fue Abimelec, hijo de Gedeón, muerto en Tebes por una mujer que le tiró una piedra de molino desde la muralla? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?”. Entonces dile: “Murió también Urías el hitita”».

22. Por lo tanto, el mensajero fue a Jerusalén y le dio un informe completo a David.

23. —El enemigo salió contra nosotros a campo abierto —le dijo—, y cuando los perseguíamos hasta las puertas de la ciudad,

24. los arqueros que estaban en la muralla nos dispararon flechas. Mataron a algunos hombres del rey, entre ellos a Urías el hitita.

25. —Bien, dile a Joab que no se desanime —dijo David—. ¡La espada devora a éste hoy y a aquél mañana! La próxima vez esfuércense más, ¡y conquistarán la ciudad!

26. Cuando la esposa de Urías se enteró de que su marido había muerto, hizo duelo por él.

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