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2 Crónicas 6:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)

1. Entonces Salomón oró: «Oh Señor, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad.

2. Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».

3. Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo:

4. «Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre:

5. “Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre. Tampoco elegí a un rey para que guiara a mi pueblo Israel;

6. pero ahora he elegido a Jerusalén como el lugar para que mi nombre sea honrado, y he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”».

7. Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel.

8. Pero el Señor le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena,

9. pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construya el templo para honrarme”.

10. »Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el Señor lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel.

11. Allí he colocado el arca, la cual contiene el pacto que el Señor hizo con el pueblo de Israel».

12. Luego Salomón, de pie ante el altar del Señor y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos en oración.

13. Ahora bien, Salomón había hecho una plataforma de bronce de dos metros con treinta centímetros de largo, dos metros con treinta centímetros de ancho y un metro con cuarenta centímetros de altura, y la había colocado en el centro del atrio exterior del templo. Se puso de pie sobre la plataforma y después se arrodilló frente a toda la comunidad de Israel y levantó las manos hacia el cielo.

14. Oró así:«Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos ni en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.

15. Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos.

16. »Ahora, oh Señor, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y siguen mi ley con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”.

17. Ahora, oh Señor, Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David.

18. »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra, entre seres humanos? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!

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