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1 Samuel 9:8-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)

8. —Bueno —dijo el siervo—, tengo una pequeña pieza de plata. ¡Al menos, se la podemos ofrecer al hombre de Dios y ver qué pasa!

9. (En esos días, si la gente quería recibir un mensaje de Dios, decía: «Vamos a preguntarle al vidente», porque los profetas solían ser llamados «videntes»).

10. —Está bien —aceptó Saúl—, ¡hagamos el intento!Así que se encaminaron hacia la ciudad donde vivía el hombre de Dios.

11. Al ir subiendo la colina hacia la ciudad, se encontraron con unas jóvenes que salían a sacar agua. Entonces Saúl y su siervo les preguntaron:—¿Se encuentra por aquí el vidente?

12. —Sí —les contestaron—, sigan por este camino; él está junto a las puertas de la ciudad. Acaba de llegar para participar de un sacrificio público que se realizará arriba, en el lugar de adoración.

13. Apúrense para que lo puedan encontrar antes de que suba a comer. Los invitados no comenzarán a comer hasta que él llegue para bendecir los alimentos.

14. De modo que llegaron a la ciudad y, mientras entraban por las puertas, Samuel iba saliendo hacia ellos para subir al lugar de adoración.

15. Ahora bien, el Señor le había dicho a Samuel el día anterior:

16. «Mañana a esta hora te enviaré a un hombre de la tierra de Benjamín. Úngelo para que sea el líder de mi pueblo, Israel. Él lo librará de los filisteos, porque desde lo alto he mirado a mi pueblo con misericordia y he oído su clamor».

17. Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: «¡Ese es el hombre del que te hablé! Él gobernará a mi pueblo».

18. Justo en ese momento, Saúl se acercó a Samuel a las puertas de la ciudad y le preguntó:—¿Podría decirme, por favor, dónde está la casa del vidente?

19. —¡Yo soy el vidente! —contestó Samuel—. Sube al lugar de adoración delante de mí. Allí comeremos juntos; en la mañana te diré lo que quieres saber y te enviaré de regreso.

20. Y no te preocupes por esos burros que se perdieron hace tres días, porque ya los encontraron. Además, estoy aquí para decirte que tú y tu familia son el centro de todas las esperanzas de Israel.

21. Saúl respondió:—¡Pero solo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de Israel, y mi familia es la menos importante de todas las familias de la tribu! ¿Por qué me habla usted de esa manera?

22. Luego Samuel llevó a Saúl y a su siervo al comedor y los sentó en la cabecera de la mesa, y así los honró más que a los treinta invitados especiales.

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