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1 Samuel 14:27-38 Nueva Traducción Viviente (NTV)

27. Pero Jonatán no había escuchado la orden de su padre, y metió la punta de su vara en un panal y comió la miel. Después de haberla comido, cobró nuevas fuerzas.

28. Pero uno de los hombres lo vio y le dijo:—Tu padre obligó al ejército que hiciera un juramento estricto que cualquiera que comiera algún alimento hoy sería maldito. Por eso todos están cansados y desfallecidos.

29. —¡Mi padre nos ha creado dificultades a todos! —exclamó Jonatán—. Una orden como esa solo puede causarnos daño. ¡Miren cómo he cobrado nuevas fuerzas después de haber comido un poco de miel!

30. Si a los hombres se les hubiera permitido comer libremente del alimento que encontraran entre nuestros enemigos, ¡imagínese a cuántos filisteos más habríamos podido matar!

31. Así que los israelitas persiguieron y mataron a los filisteos todo el día desde Micmas hasta Ajalón, pero los soldados iban debilitándose.

32. Esa noche se apresuraron a echar mano del botín y mataron ovejas, cabras, ganado y becerros, pero los comieron sin escurrirles la sangre.

33. Entonces alguien le informó a Saúl:—Mira, los hombres están pecando contra el Señor al comer carne que todavía tiene sangre.—¡Eso está muy mal! —dijo Saúl—. Busquen una piedra grande y haganla rodar hasta aquí.

34. Luego vayan entre las tropas y díganles: “Tráiganme el ganado, las ovejas y las cabras. Mátenlos aquí y escúrranles la sangre antes de comérselos. No pequen contra el Señor al comer carne que aún tiene sangre”.Así que esa noche las tropas llevaron sus animales y los mataron allí.

35. Luego Saúl construyó un altar al Señor; fue el primer altar que él le construyó al Señor.

36. Después Saúl dijo:—Persigamos a los filisteos toda la noche y saqueemos sus bienes hasta el amanecer. Destruyamos hasta el último hombre.Sus hombres respondieron:—Haremos lo que mejor te parezca.Pero el sacerdote dijo:—Primero consultemos a Dios.

37. Entonces Saúl le preguntó a Dios:—¿Debemos perseguir a los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos?Pero Dios no respondió ese día.

38. Entonces Saúl les dijo a los líderes:—¡Algo anda mal! Que vengan aquí todos los comandantes de mi ejército. Debemos descubrir qué pecado se ha cometido hoy.

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