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1 Reyes 8:15-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)

15. «Alabado sea el Señor, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre:

16. “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre; pero he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”».

17. Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel;

18. pero el Señor le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena,

19. pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construirá el templo para honrarme”.

20. »Ahora el Señor ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el Señor lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del Señor, Dios de Israel.

21. Además he preparado un lugar allí para el arca, la cual contiene el pacto que el Señor hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto».

22. Luego Salomón, de pie ante el altar del Señor y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos al cielo

23. y oró:«Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón.

24. Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos.

25. »Ahora, oh Señor, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y me siguen con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”.

26. Ahora, oh Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre.

27. »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!

28. Sin embargo, escucha mi oración y mi súplica, oh Señor mi Dios. Oye el clamor y la oración que tu siervo te eleva hoy.

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