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1 Reyes 2:2-17 Nueva Traducción Viviente (NTV)

2. «Yo voy camino al lugar donde todos partirán algún día. Ten valor y sé hombre.

3. Cumple los requisitos del Señor tu Dios y sigue todos sus caminos. Obedece los decretos, los mandatos, las ordenanzas y las leyes que están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas.

4. Si lo haces, el Señor cumplirá la promesa que me hizo cuando me dijo: “Si tus descendientes viven como debe ser y me siguen fielmente, con todo el corazón y con toda el alma, siempre habrá uno de ellos en el trono de Israel.”

5. »Además, tú ya sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia, cuando mató a mis dos comandantes del ejército: a Abner, hijo de Ner, y a Amasa, hijo de Jeter. Él fingió que fue un acto de guerra, pero estábamos en tiempo de paz, con lo cual manchó con sangre inocente su cinto y sus sandalias.

6. Haz con él lo que mejor te parezca, pero no permitas que envejezca y vaya a la tumba en paz.

7. »Sé bondadoso con los hijos de Barzilai, de Galaad. Haz que sean invitados permanentes en tu mesa, porque ellos me cuidaron cuando yo huía de tu hermano Absalón.

8. »Acuérdate de Simei, hijo de Gera, el hombre de Bahurim de la tribu de Benjamín. Él me maldijo con una maldición terrible cuando yo escapaba hacia Mahanaim. Cuando vino a verme al río Jordán, yo le juré por el Señor que no lo mataría;

9. pero ese juramento no lo hace inocente. Tú eres un hombre sabio y sabrás cómo darle una muerte sangrienta».

10. Luego David murió y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David.

11. David reinó en Israel durante cuarenta años, siete de ellos en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.

12. Salomón lo sucedió y se sentó en el trono de David, su padre, y su reino se estableció firmemente.

13. Cierto día Adonías, cuya madre era Haguit, fue a ver a Betsabé, la madre de Salomón.—¿Vienes en son de paz? —le preguntó Betsabé.—Sí —contestó él—, vengo en paz.

14. Quiero pedirte un favor.—¿De qué se trata? —le preguntó ella.

15. Él contestó:—Como sabes, el reino me correspondía a mí; todo Israel quería que yo fuera el siguiente rey. Pero todo cambió, y el reino pasó a mi hermano porque el Señor así lo quiso.

16. Ahora solo tengo un favor que pedirte, no me lo niegues.—¿De qué se trata? —preguntó ella.

17. Él contestó:—Habla con el rey Salomón de mi parte, porque yo sé que él hará cualquier cosa que tú le pidas. Dile que me permita casarme con Abisag, la muchacha de Sunem.

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