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1 Reyes 18:34-46 Nueva Traducción Viviente (NTV)

34. Una vez que lo hicieron, les dijo: «¡Háganlo de nuevo!». Cuando terminaron, les dijo: «¡Háganlo por tercera vez!». Así que hicieron lo que les dijo,

35. y el agua corría alrededor del altar, tanto que hasta colmó la zanja.

36. A la hora que suele hacerse el sacrificio vespertino, el profeta Elías caminó hacia el altar y oró: «Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, demuestra hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.

37. ¡Oh Señor, respóndeme! Respóndeme para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios y que tú los has hecho volver a ti».

38. Al instante, el fuego del Señor cayó desde el cielo y consumió el toro, la leña, las piedras y el polvo. ¡Hasta lamió toda el agua de la zanja!

39. Cuando la gente vio esto, todos cayeron rostro en tierra y exclamaron: «¡El Señor, él es Dios! ¡Sí, el Señor es Dios!».

40. Entonces Elías ordenó: «Atrapen a todos los profetas de Baal. ¡No dejen que escape ninguno!».Entonces los agarraron a todos, y Elías los llevó al valle de Cisón y allí los mató.

41. Luego Elías dijo a Acab: «Vete a comer y a beber algo, porque oigo el rugido de una tormenta de lluvia que se acerca».

42. Entonces Acab fue a comer y a beber. Elías, en cambio, subió a la cumbre del monte Carmelo, se inclinó hasta el suelo y oró con la cara entre las rodillas.

43. Luego le dijo a su sirviente:—Ve y mira hacia el mar.Su sirviente fue a mirar, y regresó donde estaba Elías y le dijo:—No vi nada.Siete veces le dijo Elías que fuera a ver.

44. Finalmente, la séptima vez, su sirviente le dijo:—Vi una pequeña nube, como del tamaño de la mano de un hombre, que sale del mar.Entonces Elías le gritó:—Corre y dile a Acab: “Sube a tu carro y regresa a tu casa. ¡Si no te apuras, la lluvia te detendrá!”.

45. Poco después el cielo se oscureció de nubes. Se levantó un fuerte viento que desató un gran aguacero, y Acab partió enseguida hacia Jezreel.

46. Entonces el Señor le dio una fuerza extraordinaria a Elías, quien se sujetó el manto con el cinturón y corrió delante del carro de Acab todo el camino, hasta la entrada de Jezreel.

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