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1 Crónicas 28:9-19 Nueva Traducción Viviente (NTV)

9. »Y tú, Salomón, hijo mío, aprende a conocer íntimamente al Dios de tus antepasados. Adóralo y sírvelo de todo corazón y con una mente dispuesta. Pues el Señor ve cada corazón y conoce todo plan y pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si te apartas de él, te rechazará para siempre.

10. De modo que toma esto en serio; el Señor te ha elegido para construir un templo como su santuario. Sé fuerte y haz el trabajo».

11. Entonces David le dio a Salomón los planos para el templo y sus alrededores, que incluían la antesala, los depósitos, las habitaciones de la planta alta, las habitaciones interiores y el santuario interior, el cual era el lugar de la expiación.

12. David también le dio a Salomón todos los planos de lo que tenía en mente para los atrios del templo del Señor, para las habitaciones exteriores, para los tesoros y para los cuartos de las ofrendas dedicadas al Señor.

13. El rey también le dio a Salomón las instrucciones sobre el trabajo de las diferentes divisiones de sacerdotes y de levitas en el templo del Señor; y dejó especificaciones para los artículos del templo que debían usarse para la adoración.

14. David también dio instrucciones referentes a cuánto oro y cuánta plata debía usarse para hacer los artículos necesarios para el servicio en el templo.

15. Le indicó a Salomón la cantidad de oro que se necesitaba para los candelabros y las lámparas de oro, y la cantidad de plata para los candelabros y las lámparas de plata, según la función de cada uno.

16. Designó la cantidad de oro para la mesa donde se colocaría el pan de la Presencia y la cantidad de plata para las otras mesas.

17. David también indicó la cantidad de oro para los ganchos de oro macizo utilizados para manejar la carne de los sacrificios y para los tazones, las jarras y la vajilla, así como la cantidad de plata para cada uno de los platos.

18. Especificó la cantidad de oro refinado para el altar del incienso. Finalmente, le dio un plano para la «carroza» del Señor, es decir los querubines de oro cuyas alas se extendían sobre el arca del pacto del Señor.

19. «Cada detalle de este plan —le dijo David a Salomón— lo recibí por escrito de la mano del Señor».

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