Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 27:43-60 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

43. En Dios confia; queLolibre ahora si El Lo quiere; porque ha dicho: 'Yo soy el Hijo de Dios.'"

44. En la misma forma Lo injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.

45. Desde la hora sexta (mediodía) hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena (3 p.m.).

46. Y alrededor de la hora novena (3 p.m.), Jesús exclamó a gran voz, diciendo: "Eli, Eli, ¿lema sabactani?" Esto es: "Dios Mio, Dios Mio, ¿por que Me hasabandonado?"

47. Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: "Este llama a Elías."

48. Al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, Le dio a beber.

49. Pero los otros dijeron: "Deja, veamos si Elías Lo viene a salvar."

50. Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu.

51. En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron;

52. y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido resucitaron;

53. y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos.

54. El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: "En verdad éste era Hijo de Dios."

55. Y muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban allí, mirando de lejos.

56. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

57. Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús.

58. Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran.

59. Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino,

60. y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.

Leer capítulo completo Mateo 27