Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 26:42-57 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

42. Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: "Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad."

43. Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño.

44. Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras.

45. Entonces vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

46. ¡Levántense! ¡Vamos! Miren, está cerca el que Me entrega."

47. Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce (discípulos), llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

48. El que Lo entregaba les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, El es; Lo pueden prender."

49. Enseguida se acercó a Jesús y dijo: "¡Salve, Rabí!" Y Lo besó.

50. "Amigo, haz lo que viniste a hacer," le dijo Jesús. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y Lo arrestaron.

51. Y uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja.

52. Entonces Jesús le dijo: "Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán.

53. ¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y El pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?

54. Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que así debe suceder?"

55. En aquel momento Jesús dijo a la muchedumbre: "¿Como contra un ladrón han salido con espadas y palos para asegurarse que Me arrestaban? Cada día Me sentaba en el templo para enseñar, y no Me prendieron.

56. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas." Entonces todos los discípulos Lo abandonaron y huyeron.

57. Los que prendieron a Jesús Lo llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos.

Leer capítulo completo Mateo 26