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Juan 9:16-32 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

16. Por eso algunos de los Fariseos decían: "Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el día de reposo." Pero otros decían: "¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales (milagros)?" Y había división entre ellos.

17. Entonces preguntaron otra vez al ciego: "¿Qué dices tú de El, ya que te abrió los ojos?" "Es un profeta," les respondió.

18. Pero los Judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,

19. y les preguntaron: "¿Es éste su hijo, el que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?"

20. Entonces sus padres les contestaron: "Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego;

21. pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Pregúntenle a él; ya es mayor de edad, él hablará por sí mismo."

22. Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los Judíos; porque los Judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo (el Mesías), fuera expulsado de la sinagoga.

23. Por eso sus padres dijeron: "Ya es mayor de edad; pregúntenle a él."

24. Por segunda vez los Judíos llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: "Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador."

25. Entonces él les contestó: "Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo."

26. Ellos volvieron a preguntarle: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?"

27. El les contestó: "Ya les dije y no escucharon; ¿por qué quieren oírlo otra vez? ¿Es que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?"

28. Entonces lo insultaron, y le dijeron: "Tú eres discípulo de ese hombre; pero nosotros somos discípulos de Moisés.

29. Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a Este, no sabemos de dónde es."

30. El hombre les respondió: "Pues en esto hay algo asombroso, que ustedes no sepan de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos.

31. Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace Su voluntad, a éste oye.

32. Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento.

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