21. No tienes parte ni suerte en este asunto (esta enseñanza), porque tu corazón no es recto delante de Dios.
22. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón.
23. Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad."
24. Pero Simón respondió: "Rueguen ustedes al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que han dicho."
25. Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio (las buenas nuevas) en muchas aldeas de los Samaritanos.