7. Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza,
8. y de un salto se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
9. Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios,
10. y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.