1. Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
2. como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre.
3. Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que este Sumo Sacerdote también tenga algo que ofrecer.