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Hebreos 7:3-14 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

3. Sin tener padre, ni madre, y sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote a perpetuidad.

4. Consideren, pues, la grandeza de este Melquisedec a quien Abraham, el patriarca, dio el diezmo de lo mejor del botín.

5. Y en verdad los hijos (descendientes) de Leví que reciben el oficio de sacerdote, tienen mandamiento en la Ley de recoger el diezmo del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque éstos son descendientes de Abraham.

6. Pero aquél cuya genealogía no viene de ellos, recibió el diezmo de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.

7. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.

8. Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno de quien se da testimonio de que vive.

9. Y, por decirlo así, por medio de Abraham también Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos,

10. porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

11. Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio Levítico, (pues sobre esa base recibió el pueblo la Ley), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado según el orden de Aarón?

12. Porque cuando se cambia el sacerdocio, necesariamente ocurre también un cambio de la ley.

13. Pues aquél de quien se dicen estas cosas, pertenece a otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar.

14. Porque es evidente que nuestro Señor descendió de Judá, una tribu de la cual Moisés no dijo nada tocante a sacerdotes.

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