1. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas me han llegado hasta el alma.
2. Me he hundido en cieno profundo, y no hay donde apoyar el pie; He llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me cubre.
3. Cansado estoy de llorar; reseca está mi garganta; Mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios.
4. Más que los cabellos de mi cabeza son los que sin causa me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme, Sin razón son mis enemigos, Me hacen devolver aquello que no robé.