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Salmos 32:4-10 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

4. Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)

5. Te manifesté mi pecado, Y no encubrí mi iniquidad. Dije: "Confesaré mis transgresiones al Señor;" Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)

6. Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.

7. Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)

8. Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti.

9. No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos, Porque si no, no se acercan a ti.

10. Muchos son los dolores del impío, Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará.

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