21. Y los jefes les dijeron: "Déjenlos vivir." Y ellos fueron leñadores y aguadores para toda la congregación, tal como los jefes les habían dicho.
22. Entonces Josué los mandó llamar y les habló: "¿Por qué nos han engañado, diciendo: 'Habitamos muy lejos de ustedes,' cuando habitan en nuestra tierra?
23. Ahora pues, malditos son y nunca dejarán de ser esclavos, leñadores y aguadores para la casa de mi Dios."