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Josué 22:20-34 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

20. ¿No fue infiel Acán, hijo de Zera, en cuanto al anatema, y vino la ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.'"

21. Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron a las cabezas de las familias de Israel:

22. "¡El Poderoso Dios (Dios de dioses), el Señor, el Poderoso Dios, el Señor! El lo sabe; que Israel mismo lo sepa. Si fue rebelión, o una infidelidad contra el Señor, que no nos salve hoy.

23. Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de seguir al Señor, o para ofrecer holocausto u ofrenda de cereal sobre él, o para ofrecer en él sacrificios de ofrendas de paz, que el Señor mismo nos lo demande.

24. En verdad, hemos hecho esto más bien por temor, diciendo: 'El día de mañana los hijos de ustedes pudieran decir a nuestros hijos: "¿Qué tienen que ver ustedes con el Señor, Dios de Israel?

25. Porque el Señor ha puesto el Jordán por límite entre nosotros y ustedes, hijos de Rubén e hijos de Gad. Ustedes no tienen parte con el Señor." Así sus hijos podrían hacer que nuestros hijos dejaran de temer al Señor.'

26. Por tanto, dijimos: 'Construyamos ahora un altar, no para holocaustos ni para sacrificios,

27. sino para que sea testigo entre nosotros y ustedes, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que hemos de cumplir el servicio del Señor delante de El con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz, para que en el día de mañana los hijos de ustedes no digan a nuestros hijos: "No tienen porción en el Señor."'

28. Nosotros, pues, dijimos: 'Sucederá el día de mañana, que si nos dicen esto a nosotros o a nuestras generaciones, entonces diremos: "Vean la réplica del altar del Señor que nuestros padres edificaron, no para holocaustos ni para sacrificios, sino más bien como testigo entre nosotros y ustedes."'

29. Lejos esté de nosotros que nos rebelemos contra el Señor y nos apartemos de seguir hoy al Señor, construyendo un altar para holocaustos, para ofrenda de cereal o para sacrificios, aparte del altar del Señor nuestro Dios que está frente a Su tabernáculo (Su morada)."

30. Cuando el sacerdote Finees y los principales de la congregación, es decir, las cabezas de las familias de Israel que estaban con él, oyeron las palabras que dijeron los Rubenitas, los Gaditas y la media tribu de Manasés, les pareció bien.

31. Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los Rubenitas, a los Gaditas y a la media tribu de Manasés: "Hoy sabemos que el Señor está en medio de nosotros, porque no han cometido esta infidelidad contra el Señor. Ahora han librado a los Israelitas de la mano del Señor."

32. Entonces Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes, dejaron a los Rubenitas y a los Gaditas, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los Israelitas, y les dieron respuesta.

33. La respuesta agradó a los Israelitas. Estos bendijeron a Dios, y no hablaron más de subir a pelear contra ellos para destruir la tierra en que habitaban los Rubenitas y los Gaditas.

34. Y los Rubenitas y los Gaditas llamaron al altar Testigo; pues dijeron: "Es testigo entre nosotros de que el Señor es Dios."

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