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Ezequiel 3:7-18 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

7. Pero la casa de Israel no querrá escucharte, ya que no quieren escucharme a Mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.

8. Por eso he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes.

9. Como esmeril, más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde."

10. Además me dijo: "Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas Mis palabras que Yo te hablo, y escúchalas atentamente.

11. Y ve a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: 'Así dice el Señor Dios.'"

12. Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí un gran ruido atronador: "Bendita sea la gloria del Señor desde Su lugar."

13. Oí el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.

14. El Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del Señor era fuerte sobre mí.

15. Entonces vine a los desterrados de Tel Abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días, atónito, en medio de ellos.

16. Después de los siete días vino a mí la palabra del Señor:

17. "Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte.

18. Cuando Yo diga al impío: 'Ciertamente morirás,' si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero Yo demandaré su sangre de tu mano.

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