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Ezequiel 16:16-31 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

16. Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá.

17. Tomaste también tus bellas joyas de oro y de plata que Yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte con ellas.

18. Tomaste tu tela bordada y las cubriste, y ofreciste ante ellas Mi aceite y Mi incienso.

19. También te di Mi pan, la flor de harina, el aceite y la miel con que Yo te alimentaba, y lo ofrecías ante ellas como aroma agradable. Así sucedió," declara el Señor Dios.

20. "Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para Mí, y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones,

21. para que mataras a Mis hijos y se los ofrecieras a los ídolos, haciéndolos pasar por fuego ?

22. Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.

23. Y después de toda tu maldad ('¡Ay, ay de ti!' declara el Señor Dios,)

24. te edificaste un santuario y te hiciste un lugar alto en todas las plazas.

25. En toda cabecera de camino te edificaste tu lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura. Te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución.

26. También te prostituiste a los Egipcios, tus vecinos de cuerpos robustos, y multiplicaste tu prostitución para provocarme a ira.

27. Y Yo extendí Mi mano contra ti y disminuí tus raciones. Y te entregué al deseo de las que te odiaban, las hijas de los Filisteos, que se avergonzaban de tu conducta deshonesta.

28. Además, te prostituiste a los Asirios porque no te habías saciado; te prostituiste a ellos y ni aun entonces te saciaste.

29. También multiplicaste tu prostitución en la tierra de los mercaderes, Caldea, y ni aun con esto te saciaste."'"

30. "¡Qué débil es tu corazón," declara el Señor Dios, "cuando haces todas estas cosas, las acciones de una ramera desvergonzada!

31. Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al despreciar la paga, no eras como la ramera.

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