Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 16:1-11 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

1. Entonces vino a mí la palabra del Señor:

2. "Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones,

3. y di: 'Así dice el Señor Dios a Jerusalén: "Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del Cananeo, tu padre era Amorreo y tu madre Hetea.

4. En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales.

5. Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.

6. Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: '¡Vive!' Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: '¡Vive!'

7. Te hice tan numerosa como la hierba del campo. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura. Se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta.

8. Entonces pasé junto a ti y te vi, y tu tiempo era tiempo de amores; extendí Mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo, y fuiste Mía," declara el Señor Dios.

9. "Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite.

10. Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con seda.

11. Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar a tu cuello.

Leer capítulo completo Ezequiel 16