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Éxodo 10:14-29 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

14. Subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto. Eran muy numerosas. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después.

15. Porque cubrieron la superficie de toda la tierra, y la tierra se oscureció. Se comieron toda planta de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta del campo por toda la tierra de Egipto.

16. Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón, y dijo: "He pecado contra el Señor su Dios y contra ustedes.

17. Ahora pues, les ruego que perdonen mi pecado sólo esta vez, y que rueguen al Señor su Dios, para que quite de mí esta muerte."

18. Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor.

19. Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al Mar Rojo. Ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto.

20. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los Israelitas.

21. Entonces el Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan tocarse."

22. Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días.

23. No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los Israelitas tenían luz en sus moradas.

24. Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: "Vayan, sirvan al Señor. Sólo que sus ovejas y sus vacas queden aquí. Aun sus pequeños pueden ir con ustedes."

25. Pero Moisés contestó: "Tú también tienes que darnos sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos al Señor nuestro Dios.

26. Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros. Ni una pezuña quedará atrás, porque de ellos tomaremos para servir al Señor nuestro Dios. Nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá."

27. Pero el Señor endureció el corazón de Faraón, y éste no quiso dejarlos ir.

28. Entonces Faraón dijo a Moisés: "¡Apártate de mí! Cuídate de volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás."

29. "Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro," respondió Moisés.

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