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2 Reyes 18:22-34 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

22. Pero si ustedes me dicen: 'Nosotros confiamos en el Señor nuestro Dios,' ¿no es El aquel cuyos lugares altos y cuyos altares Ezequías ha quitado y ha dicho a Judá y a Jerusalén: 'Adorarán delante de este altar en Jerusalén'?

23. Ahora pues, te ruego que llegues a un acuerdo con mi señor el rey de Asiria, y yo te daré 2,000 caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos.

24. ¿Cómo, pues, puedes rechazar a un oficial de los menores de los siervos de mi señor, y confiar en Egipto para tener carros y hombres de a caballo?

25. ¿He subido ahora sin el consentimiento del Señor contra este lugar para destruirlo? El Señor me dijo: 'Sube contra esta tierra y destrúyela.'"'"

26. Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: "Le rogamos que hable a sus siervos en Arameo, porque nosotros lo entendemos, y no nos hable en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla."

27. Pero el Rabsaces les dijo: "¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con ustedes?"

28. El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá, y dijo: "Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria.

29. Así dice el rey: 'Que no los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar de mi mano;

30. ni que Ezequías les haga confiar en el Señor, diciendo: "Ciertamente el Señor nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'"

31. 'No escuchen a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: "Hagan la paz conmigo y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera, y beba cada cual de las aguas de su cisterna,

32. hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la tierra de ustedes, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que vivan y no mueran." Pero no escuchen a Ezequías porque los engaña, diciendo: "El Señor nos librará."

33. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?

34. ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria de mi mano?

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