26. "¡Oh señor mío!" dijo Ana. "Vive su alma, señor mío. Yo soy la mujer que estuvo aquí junto a usted orando al Señor.
27. Por este niño oraba, y el Señor me ha concedido la petición que le hice.
28. Por lo cual yo también lo he dedicado al Señor. Todos los días de su vida estará dedicado al Señor." Y adoró allí al Señor.