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1 Reyes 2:36-46 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

36. Después el rey envió a llamar a Simei, y le dijo: "Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y no salgas de allí a ninguna parte.

37. Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza."

38. Entonces Simei dijo al rey: "La palabra es buena; como ha dicho el rey mi señor, así lo hará su siervo." Y vivió Simei en Jerusalén muchos días.

39. Pero aconteció que después de tres años, dos de los siervos de Simei huyeron a donde Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat. Le avisaron a Simei: "Tus siervos están en Gat."

40. Simei se levantó, ensilló su asno y fue a Gat a ver a Aquis para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei y trajo sus siervos de Gat.

41. Pero informaron a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat y había vuelto.

42. Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: "¿No te hice jurar por el Señor y te advertí seriamente: 'El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás'? Y tú me dijiste: 'La palabra que he oído es buena.'

43. ¿Por qué, entonces, no guardaste el juramento del Señor y el mandamiento que te impuse?"

44. Dijo además el rey a Simei: "Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David, que tú reconoces en tu corazón; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza.

45. Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante del Señor para siempre."

46. Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y éste salió y atacó a Simei y lo mató. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón.

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