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1 Reyes 2:23-34 Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)

23. Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: "Así me haga Dios y aun más, si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida.

24. Ahora pues, vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una casa (una dinastía) como había prometido, que hoy mismo Adonías morirá."

25. El rey Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada, y éste atacó a Adonías y lo mató.

26. Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: "Vete a Anatot, a tu campo, porque mereces morir; pero no te daré muerte en esta ocasión porque llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido."

27. Así Salomón privó a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor había hablado acerca de la casa de Elí en Silo.

28. Cuando las noticias llegaron a Joab, porque Joab había seguido a Adonías, aunque no había seguido a Absalón, Joab huyó a la tienda del Señor y se agarró de los cuernos del altar.

29. Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del Señor, y que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada, diciendo: "Ve y atácalo."

30. Benaía entró en la tienda del Señor y le dijo: "Así ha dicho el rey: 'Sal de ahí.'" Pero él dijo: "No, pues moriré aquí." Benaía llevó la respuesta al rey: "Así Joab habló y así me respondió."

31. Y el rey le dijo: "Haz como él ha dicho; atácalo, mátalo y entiérralo, para que quites de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa.

32. El Señor hará volver su sangre sobre su propia cabeza, porque él atacó a dos hombres más justos y mejores que él y los mató a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.

33. Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; pero para David y su descendencia, para su casa y su trono, haya paz de parte del Señor para siempre."

34. Entonces subió Benaía, hijo de Joiada, lo atacó y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto.

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